Llegaba muy temprano
de mañana. Cuando los gallos y gallinas
alborotan los pueblos. La bicicleta
llena de artilugios: piedra esmeril,
diamante, hilo de plomo
y una siringa que sonaba a Galicia.
Remachaba las potas y los cazos,
y mientras afilaba, curriños
-nos decía- como a vida as chispas.
Recogía las monedas. Le daba a los pedales,
y cada vez más lejos:
cacerolas, cuchillos, cachivaches, navajas...!